El bullicio que invadía las calles de Jerez de la Frontera a finales del siglo XVIII demuestra el dinamismo de la ciudad, que progresaba gracias a la exportación de sus renombrados vinos. El animado negocio del vino atrajo a comerciantes de todo el mundo, pero fue un español, Juan Sánchez de la Torre, quien sentó las bases de la empresa Sánchez Romate Hermanos, una de las pocas bodegas del sector que permaneció en manos de propietarios jerezanos.
No sólo el mercado reconoce la calidad de los vinos de Juan Sánchez de la Torre, también sus conciudadanos no tardan en mostrarle su aprecio: el bodeguero es un hombre inquieto pero culto, verdadero hijo de su tiempo, la Ilustración, y ofrece un claro apoyo al progreso de la educación y las artes en Jerez. Con el tiempo, la bodega fue creciendo y adaptándose a los posteriores avances técnicos, pero siempre respetando la tradición de elaboración. Más de un siglo después de su fundación, la empresa registró uno de sus momentos culminantes cuando, en 1887, la cuarta generación de la familia Sánchez Romate decidió crear un brandy exclusivo para familiares y amigos íntimos. Así nació Cardenal Mendoza Solera Gran Reserva, el brandy insignia de la casa. Manteniendo su independencia hasta nuestros días, la historia de la bodega ha conocido otros episodios importantes. En 1909, por ejemplo, fue nombrada proveedora de la Cámara de los Lores del Reino Unido; poco después, en 1917, obtuvo el título de proveedora del Santo Palacio Apostólico del Vaticano. Hoy, los vinos y brandies de Sánchez Romate conservan su inclinación internacional, con una fuerte apertura hacia los cinco continentes.