Un importante punto de partida que resume décadas de historia de un vistazo y vuelve a proponer un pasado hecho de pasión por las colinas de la zona de Barolo, de trabajo duro y dedicación a una tierra que ha dado tanto. La feliz intuición de Giovanni Rinaldi que, en el siglo XIX, había comprendido la importancia de aquella alquería adquirida en la ladera cultivada de viñedos, ha sido continuada por sus hijos y nietos, hasta Paola y Piera Rinaldi, los actuales propietarios de la empresa. Durante estas décadas, el Barolo ha sido el protagonista capaz de unir historia y tradición, dos aspectos que Michele Rinaldi, uno de los cuatro hijos de Giovanni, supo proponer en toda Italia a principios del siglo XX. Y desde aquí, botellas de Barolo Cannubi y Barolo Brunate se han servido en mesas que han hecho historia, incluida la de Italia: por ejemplo, en 1949, durante la adhesión de nuestra nación al Pacto Atlántico. Una clara muestra de cómo la dedicación a la tierra de Langa llevó el vino a un primer plano. En los años sesenta, Luciano y Michele, hijos de Francesco, continuaron el negocio familiar y la empresa creció de forma constante hasta nuestros días. Desde los años 90, gracias a Paola y Piera, capaces y atentos al mercado moderno, el nombre de Francesco Rinaldi ha conquistado el extranjero: a Estados Unidos, principal mercado, se han unido el norte de Europa y parte de Oriente. La filosofía de la empresa de Barolo, historia y tradición continúa desde la colina que había fascinado a Giovanni dos siglos antes.
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