La historia de la Maison Marniquet se remonta a mucho tiempo atrás, empezando en 1929 con Pierre Coutelas, abuelo de Jean Pierre Marniquet, que producía en sus propias tierras para maisons nobles capaces de grandes inversiones y poco dispuestas a renunciar a la calidad en virtud de grandes producciones.
La decisión de crear su propia empresa llegó unos años más tarde, gracias a que el entonces jovencísimo Pierre se dio cuenta de que no sólo era un productor con considerables aptitudes, sino también uno de los pocos privilegiados que poseían tierras en una de las zonas más propicias para el Champagne: una ladera principalmente calcárea en la orilla derecha del valle del Marne, a diez kilómetros al oeste de Epernay. La Maison Marniquet produce según los antiguos preceptos del célebre monje Dom Perignon, al tiempo que mantiene una gestión familiar en la que la tecnología, el respeto por el medio ambiente y el sacrificio humano dan un resultado de excelencia. A finales de los años setenta, se construyeron nuevas bodegas de producción y almacenamiento y se anexionó a la propiedad una auténtica cantera; a principios de los noventa, se inició un camino ecosostenible que declinó las prácticas de gestión del viñedo hacia los preceptos del respeto por el medio ambiente y la agricultura biológica.
En esos años, JenaPiere Marniquet complementó las técnicas más invasivas (que se fueron abandonando gradualmente) con prácticas absolutamente ecológicas como el uso de trampas para insectos, abonos orgánicos y un aumento de las horas de trabajo por hectárea con la consiguiente reducción del uso de pesticidas y de las emisiones de CO2. Certificada desde 1999 en viticultura integrada, la Maison Marniquet mantiene una producción limitada en favor de la calidad y transmite hoy, como ayer, una historia de excelencia avalada por casi un siglo de tradición.