Frecciarossa

Frecciarossa nació en 1919, cuando mi bisabuelo Mario Odero se enamoró de las colinas del Oltrepò Pavese, él que hasta entonces comerciaba con carbón entre su ciudad natal, Génova, e Inglaterra, donde vivía. Tras la Primera Guerra Mundial, de vuelta en Italia, Mario decidió comprar una finca en el Oltrepò, que siempre había sido "el campo de los genoveses". Así pues, compró esta hermosa finca del siglo XIX, con un nombre peculiar que en realidad proviene de un error. Frecciarossa deriva de la transcripción errónea del antiguo topónimo Fraccia Rossa, es decir, "alud rojo", en referencia al suelo arcilloso, surcado por vetas ferruginosas, sometido con frecuencia a los humores de las aguas subterráneas. Un descuido catastral y Frecciarossa se convirtió en el nombre de nuestra colina. Este proyecto entusiasmó a Giorgio Odero, mi abuelo, hijo de Mario. Se licenció en Agronomía para poder ocuparse de los viñedos de la finca y luego se fue a Francia para perfeccionar su oficio, porque nadie como los franceses de entonces y de hoy sabe vinificar pinot noir, una variedad de uva con la que había decidido medirse. Ganó experiencia en Borgoña y luego en Champaña, aprendió, volvió con nuevas ideas y se centró en la calidad. Los vinos se venden en botella, nada habitual en la época. Hitchcock los bebe en Villa d'Este, tiene la amabilidad de hacerle saber a Giorgio lo mucho que los aprecia. Son los años veinte y Frecciarossa ya es una marca conocida fuera de las fronteras del Oltrepò Pavese. Al final de la Ley Seca, en 1933, fueron de los primeros vinos italianos en entrar en el mercado americano, como demuestra el número 19 de la Marca de Exportación. Mi madre, Margherita Odero, trabaja junto a su padre, tiene la misma tenacidad y pasión. En 1990, renovó la bodega y empezó a asesorar al enólogo Franco Bernabei, sustituido en 2000 por Gianluca Scaglione, que sigue formando parte del equipo en la actualidad, junto con Cristiano Garella. Desde hace unos años, yo también he vuelto a esta tierra que siempre ha sido mi hogar, a la que amo tanto como a las generaciones que me la transmitieron. (Valeria Radici Odero)