Settesoli

Personas El vino tiene un recorrido fascinante que la mayoría de la gente suele ignorar; una historia hecha de acontecimientos, elecciones, conocimientos, pero sobre todo de personas. En Settesoli siempre nos hemos reconocido en la tierra y hemos construido nuestra existencia en torno a ella; nadie mejor que nosotros puede describir el vino y el trabajo en los viñedos. Nadie mejor que Giuseppe Sanzone, socio fundador, podría contar las más de 40 añadas en Menfi. Nadie mejor que Diego Planeta, presidente de la cooperativa, podría ilustrar la introducción de las nuevas vides alóctonas allá por 1985, o explicar la conservación del mosto y los procesos de fermentación con sencillez, como Domenico De Gregorio, nuestro enólogo. Aquí, en Settesoli, se siente una intensidad y una calidez que son el testimonio más concreto de una pasión compartida por más de 2.300 viticultores desde hace 50 años. Personas que han caminado juntas, que han compartido su trabajo y que cultivan juntas el sentimiento de haber realizado una gran hazaña. Viñedos Para entender un vino, hay que empezar por los viñedos. La naturaleza en Menfi, entre el Valle de los Templos de Agrigento y los templos de Selinunte, es extraordinaria. El clima es suave y el terreno, suaves laderas que descienden hacia el mar, siempre ha sido adecuado para el cultivo de la vid. En términos de calidad del suelo y exposición, estos lugares expresan la verdadera sustancia del sur, fértil y rica. Los viñedos se extienden sobre una superficie de 6.500 hectáreas en las que se cultivan vides autóctonas -un Nero d'Avola original y rico en personalidad y un Grecanico de extrema ductilidad-, así como vides alóctonas, Chardonnay, Viognier, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah y Fiano, por citar sólo algunas. Las uvas, llevadas a la madurez por un clima que les permite desarrollarse adecuadamente y bajo la atenta y vigilante mirada de nuestro agrónomo, son capaces de devolver sinceramente el sentido del territorio en el que nacen, todas las características y peculiaridades del vino mediterráneo: aromas intensos y delicados, sabor fresco y armonioso. La pericia de los Maestros Bodegueros en la bodega hace el resto: el proceso de transformación es un rito ancestral, en el que los métodos se actualizan constantemente pero el amor y la dedicación son los mismos de siempre. Trazabilidad En el espíritu de mejora constante, la seguridad del consumidor es, para nosotros, una prioridad indispensable. Por eso Settesoli ha obtenido la Certificación de Trazabilidad en Cadena: en cada botella, un código indica que el vino va acompañado de un mapa informativo que ilustra cada etapa de la cadena de producción. Además, el consumidor encontrará impreso en la botella un código de identificación que le permitirá seguir toda la genealogía del vino. El código proporciona información clara, cierta y coherente sobre la cadena de producción del vino elegido: desde los materiales utilizados para el envasado hasta las mezclas, desde los depósitos de mezcla utilizados hasta las fechas de elaboración y tratamientos, pasando por los datos sobre los viñedos de origen, las fechas de vendimia y la identidad del viticultor socio. Nuestra misión, desde 1958, año de fundación de la empresa, ha sido siempre trabajar la vid; nuestro valor rector es la búsqueda de la perfección, la transparencia y el aprecio. Esta es la razón por la que hoy Settesoli es una de las empresas líderes del sector. Sostenibilidad Settesoli ha transformado una realidad en grave crisis en un distrito de excelencia, convirtiéndose en un modelo de desarrollo positivo y sostenible, creando entre los socios y empleados un fuerte sentido de orgullo y pertenencia. Hoy la bodega genera trabajo para más de 3.000 personas, más que cualquier otra industria en Sicilia: el 70% de los habitantes de Menfi, Santa Margherita Belice y Montevago participan de diversas formas en las actividades de la bodega. Es un ejemplo de éxito reconocido a nivel nacional y ha consolidado la credibilidad y la reputación entre sus grupos de interés, lo que se refleja en los resultados y los premios obtenidos en 2008-09: inauguró la mayor instalación fotovoltaica construida en una bodega italiana, con un ahorro de 80 tep/año de combustible y 200 t/año de emisiones de CO2 evitadas; se comprometió a adoptar un sistema adicional de energía limpia mediante el uso de sarmientos de poda; optó por utilizar papel sin fibra de madera; colaboró en el lanzamiento de un proyecto solidario a distancia en favor de Vida a Pititinga Onlus (asociación solidaria en favor de los niños brasileños, para la que se recaudaron unos 25.000 euros durante Inycon 2008). Gracias a este proyecto, que está en la base misma de la existencia de la empresa y representa un ejemplo ganador de responsabilidad social total, es decir, de haber transformado una realidad en grave crisis en un barrio de excelencia, Cantine Settesoli fue galardonada en la séptima edición del Premio Social Sodalitas. Este premio, que cada año valoriza las mejores experiencias de responsabilidad social y sostenibilidad llevadas a cabo por empresas italianas, está promovido por la Fundación nacional Sodalitas y reconocido por el Presidente de la República. Settesoli obtuvo el primer puesto en la categoría de pequeñas y medianas empresas.