Passocannone

Los primeros datos históricos sobre la familia Del Campo se remontan al siglo XV, época en la que había tres importantes familias nobles en Palermo: los Del Campo, los Moncada y los Lanza. El primer Del Campo que desembarcó en la zona del Etna, en Randazzo, fue un jurista llamado Pietro, que en 1535 se puso a disposición de Carlos V, siguiendo al rey y a su ejército en la histórica travesía del interior de Sicilia, primero hasta el Palacio Real de Troìna y después hasta el Palacio Real de Randazzo. Fue aquí donde Del Campo se estableció y fundó una familia. En 1611, uno de sus herederos, un rico jurista, construyó el palacio Del Campo en Via Fontana, con una biblioteca jurídica anexa que puso a disposición de los pretores y abogados de la época. El lema impreso en la puerta de piedra era "VALIS QUOD POTES", mientras que el escudo de armas de la familia consistía en tres águilas rojas sobre fondo blanco. En 1800, la familia amplió el número de viñedos adquiriendo otras siete pequeñas fincas de 7/14 hectáreas cada una en el municipio de Castiglione di Sicilia (Pietramarina, Nemi, Cottanera, Passopisciaro), mientras que en el municipio de Randazzo, además de Pirò, adquirieron Taccione y Arena. Esta última propiedad quedó completamente sepultada por la colada de lava de marzo de 1981. El hecho de tener propiedades dispersas era una medida de precaución contra posibles coladas de lava. El vino más famoso que producía la familia era el de Passopisciaro, cuya parte superior, conocida como contrada Passocannone, producía un vino tinto del Etna de calidad incomparable y, de hecho, era el más codiciado por los comerciantes exportadores de Riposto. La abuela de los actuales propietarios contaba que durante la Primera Guerra Mundial, mientras su abuelo, mayor del ejército, luchaba en el Piave, se hizo rico más allá de todas las expectativas vendiendo Passocannone y todos sus vinos a los importadores ingleses cuyos barcos hacían cola en el puerto de Riposto. A su regreso de la guerra, su abuelo, el abogado Giambattista Del Campo, tuvo la increíble sorpresa de encontrar en un baúl bajo su cama un saco de los utilizados para la harina lleno de libras de oro de la reina Victoria.