Entre las colinas de las Langhe, entre 400 y 900 m. s.n.m., en la provincia de Cuneo, donde la característica dominante son los viñedos. Patrones geométricos ordenados e irrepetibles, hileras silenciosas y alineadas, dan testimonio de la paciencia y el amor de quienes trabajan a diario, mimando los contornos de estas colinas tan perfectas y cuidadas, con la intención de hacerles rendir los mejores frutos.
El clima templado-frío contribuye a la producción de vinos finos y únicos, en primer lugar el Barolo, considerado el Rey de los vinos. Después de tres generaciones, quienes trabajan en esta pequeña bodega familiar se sienten fuertemente vinculados a las tradiciones locales, sin dejar de mirar con cuidado y sensibilidad a las esferas tecnológica y comercial.
La Cantina Mascarello siempre ha tenido como piedras angulares de la actividad que desarrolla unas cuantas reglas sencillas, consideradas inalterables y necesarias, a pesar de la evolución de los tiempos y del mercado: selección cuidadosa de las uvas, vinificación tradicional, equilibrio de las sensaciones perceptivas del producto, lo que elimina costes adicionales y tiene la ventaja de contar con vinos de gran calidad que no se pueden encontrar en ningún otro canal de distribución (vinotecas, restaurantes, etc.). Nuestros clientes no son sólo clientes, sino parte integrante de la propia empresa. En el edificio que alberga la bodega, en un salón vel con bóvedas de ladrillo del siglo XIX, se recibe a los visitantes para catas guiadas directamente por miembros de la familia Mascarello.
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