Carlo Hauner, bresciano de origen bohemio trasplantado a las Islas Eolias, fue el creador de la bodega que lleva su nombre. Tras su fallecimiento en 1996, la bodega es dirigida con energía por su hijo Carlo Junior, con la valiosa colaboración de Gianfranco Sabbatino. Los viñedos tienen una pendiente media del 20 al 35% y una altitud de 50 a 100 metros sobre el nivel del mar. El suelo de origen volcánico y pumíceo es rico en sustancias orgánicas y elementos minerales. La densidad por planta es de unas 5000 plantas por hectárea.