Bauchet

Juliette, la bisabuela de la generación actual, crió sola a su hijo y luchó denodadamente por labrarle un futuro. Así, ya en 1920, Felicien cultivaba una hectárea de las tierras de su madre, completando sus ingresos con pequeños trabajos. Después de él, sus tres hijos, Raphaël, Gérard y Roland, asumieron grandes riesgos y trabajaron duro para desarrollar la propiedad y, finalmente, consiguieron crear una de las mayores propiedades familiares de la región de Champagne. En Bisseuil, en la encrucijada de las tres principales regiones vinícolas, construyeron sus bodegas y establecieron la sede de su empresa familiar.