Aurelien Suenen

Como fundador del champán Suenen, deseo convertir en vino una producción agrícola única, con el fin de representar auténticamente la esencia de mi tierra. Por ello, nuestras técnicas de cultivo y de producción reflejarán la evolución de nuestro vino año tras año. La fragilidad de mi tierra y de mi vino requiere cuidados y una atención especial a la salubridad del suelo. Hemos reintroducido el trabajo mecánico para reducir el apelmazamiento del suelo, aumentando así la respiración y favoreciendo la salud del suelo. Se ha realizado un estudio exhaustivo de cada parcela que constituye mi legado. Todos los años, con la colaboración de su hijo Emmanuel, Claude y Lydia Bourguignon hacemos análisis del suelo. Creo sinceramente que el elemento orgánico es mi herramienta básica de trabajo y, por lo tanto, es extremadamente valioso. La vid crece gracias a la energía que se encuentra en el suelo y en el aire. Para la vinificación se utilizan barricas y cubas de roble, perpetuando así el legado de mi abuelo en la tienda de vinos y licores. He añadido barriles de robinia a la parte histórica de la tienda. El uso de la madera, un material terroso natural, permite que se produzca el proceso de microoxigenación en nuestras barricas de vino. Gracias a un largo proceso de envejecimiento, el vino se nutre de su propia materia orgánica durante un periodo de seis a nueve meses. Cada año, las condiciones y la calidad de la producción definen la utilización de las lías. En la actualidad, se utilizan en parte levaduras naturales para fermentar las uvas. En el futuro y durante un periodo inicial, tenemos previsto utilizar únicamente nuestra levadura natural en suelos seleccionados. Por último, el embotellado sólo tiene lugar cuando los días son largos y soleados