No será el único que se pregunte cómo surgió una destilería enclavada en los bosques de Surrey Hills. Es la historia de dos residentes de Surrey que se unieron para crear una destilería donde las cosas se hicieran bien. En 2014, los fundadores Ian McCulloch y James Shelbourne se reunieron en su pub local (¿dónde si no?) y discutieron la idea de crear una pequeña destilería local. Inspirados por las destilerías de whisky escocesas, los dos amigos empezaron con la gran visión de crear una destilería verdaderamente sostenible cerca de una fuente de agua dulce, que produjera licores artesanales y hechos a mano con ingredientes de origen local. Pero primero necesitaban una ubicación perfecta. La mayoría de las destilerías acaban en lugares tristes o en aburridas zonas industriales. ¿Dónde está la gracia? Ian y James querían un lugar con una buena historia y mucha procedencia. Después de explorar muchos lugares en el sur de Inglaterra, un día Ian dio con Sherbourne Farm (un antiguo establo y zoológico) a orillas del mágico Silent Pool, en Surrey Hills, una zona de extraordinaria belleza natural. Entusiasmados con el descubrimiento, Ian y James se pusieron en contacto con el terrateniente, el duque de Northumberland, y obtuvieron el visto bueno para renovar los ruinosos edificios de la granja y convertirlos en la destilería Silent Pool.
Información sobre Silent Pool Distillery