Atravesando altibajos a lo largo del tiempo, la producción de vino en Portugal siempre ha sido muy generosa. Entre las zonas del país, la península de Setúbal, situada al sur de Lisboa, cuenta hoy con un gran número de bodegas y lagares, los más antiguos de los cuales fueron fundados en la primera mitad del siglo XIX.
El distrito de Setúbal, además del gran centro urbano y de las poblaciones circundantes, incluye notables elementos naturales. Desde los estuarios de los ríos Tajo y Sado hasta las alturas de la Serra da Arrábida y las hermosas playas, ofrece también un territorio rico en grandes áreas llanas donde se cultiva una vastuosa cantidad de viñedos. Además de la diversidad del territorio, es también la particularidad del clima la que influye en el cultivo de la uva: típicamente mediterráneo pero también influenciado por las corrientes del Océano Atlántico, el clima tiene un alto grado de humedad en invierno y una notable sequedad durante el verano, lo que lo hace particularmente favorable para la viticultura. La riqueza de las uvas de Setúbal se acentúa aún más por la generosidad de la composición arenosa, calcárea y arcillosa del suelo. La zona es una de las más de 30 AOC de Portugal y su vino más famoso se llama Moscatel de Setúbal: elaborado a partir de uvas moscato, adquiere su sabor licoroso gracias a la fermentación enriquecida con aguardiente, la maceración de los hollejos y el lento envejecimiento en viejas y pequeñas barricas de roble. La moscatel es la principal variedad de uva en esta zona y su elaboración es la base para la producción de vinos jóvenes y frescos o, si se envejecen más tiempo, más oscuros y de sabor intenso.