El ron es un destilado de la caña de azúcar que suele asociarse con el Caribe, especialmente con la isla de Martinica, pero las Filipinas también son una prolífica zona de producción de este producto tan extendido y querido. El ron más famoso de esta zona es el Don Papa, llamado así por el revolucionario Dionisio Magbuelas, conocido como Papa Isio, que trabajó en una de las plantaciones de caña de azúcar de España en la segunda mitad del siglo XIX y luchó contra la dominación europea. Precisamente en honor a su gran valentía, determinación y larga estancia en el campo, el procesamiento de la caña de azúcar se convirtió en la producción de un ron típico filipino, diferente del de Martinica y el Caribe, pero igual de bueno y con un sabor especial.
El ron fue importado por los europeos durante los años de los descubrimientos y las conquistas territoriales (entre los siglos XV y XVI) y se extendió ampliamente tanto en el Nuevo Mundo como, más tarde, en Filipinas, con variaciones que no deben subestimarse.
Esta variedad en concreto es del tipo industrial, destilada a partir de la melaza de la caña de azúcar y no directamente de la planta, que crece en Filipinas gracias al clima húmedo y caluroso y al suelo volcánico. Además de la fermentación típica de la melassa y la destilación del líquido resultante, el ron Don Papa tiene la particularidad de envejecer en barricas de madera durante siete años enteros. Tras este periodo de reposo, es posible disfrutar de un ron con un color ámbar e intenso y un gusto afrutado y a vainilla. La diferencia con el ron de las Antillas radica en el dulzor del ron filipino.