La zona de Rheingau, a la derecha del Rin, tiene una antigua historia vitivinícola: se pueden encontrar vestigios ya en la Edad Media, cuando los monjes cultivaban vides para producir este preciado néctar. La zona goza de un clima mediterráneo suave, con temperaturas que rondan los 10 °C en invierno y los 16 °C en primavera. Las 1.300 horas de sol al año confieren vitalidad y prosperidad al fruto, así como una gran cantidad de uva producida. Dada la importancia de la conformación geológica para determinar el carácter del vino, la zona es rica en suelos agilláceos grises (Lorch), a partir de los cuales se producen vinos ricos en sabor agrio, mientras que las margas arcillosas dan un vino pleno y robusto. La cuarcita y el loess contribuyen a la producción de Rieslings afrutados y ligeros. Los vinos más producidos son Riesling (75%) y Pinot Noir (13%). Otros tipos de vino son Mullare-Thurgau, Pinot Blanc y Pinot Gris, Pinot Noir Précoise y Chardonnay. El rendimiento anual de producción de vino en esta región es de unos 8 hl/la. El Riesling del Mosela es muy popular, ya que es un vino de gran calidad y elegancia: la Rheingau es la región productora por excelencia de esta variedad. Los mejores Riesling proceden de las viñas situadas en la parte central del Mosela, mientras que más al sur el vino tiene un sabor más seco. El proceso de producción dura un total de 120-160 días desde la floración hasta la maduración y proporciona un aroma a fruta fresca, como pomelo, limón y melocotón, o una nota más licorosa en el caso de los vinos que han madurado más tiempo. La combinación del reflejo del sol sobre los ríos Rin y Mosela y las terrazas, expuestas al viento y a la luz, dan un vino de desarrollo generoso y sabor mineral, debido a que las cepas buscan nutrirse en lo más profundo del suelo, superando la capa arcillosa.