Muzic

En 1927, tras la Gran Guerra, nuestros bisabuelos se instalaron en San Floriano del Collio, aportando su experiencia al importante momento de reconstrucción de la viticultura tras el conflicto. Comenzaron como simples colonos en la localidad llamada Bivio, en una casa que aún mostraba los signos de la devastación de la guerra, reconstruyéndola. Sólo contaban con la casa para vivir, una pequeña pero antigua bodega subterránea para hacer vino, unos viñedos y unos huertos para sobrellevar la miseria de unos años difíciles. Fueron años de renacimiento agrícola, de selección de variedades de vid y frutales, como atestigua la valiosa obra de Ernesto Massi "L'ambiente geografico e lo sviluppo economico nel Goriziano" (El entorno geográfico y el desarrollo económico en la zona de Gorizia), publicada en 1933. También fueron los años en que se introdujeron mayoritariamente las variedades Tocai y Malvasia, por consejo de la Estación Experimental de Conegliano. De hecho, ¡algunos de los viñedos que aún hoy utilizamos tienen ochenta años! La Segunda Guerra Mundial también afectó a nuestro territorio y, más tarde, los abuelos Luigi y Jolanda pudieron comprar la casa donde ya vivían y las primeras cinco hectáreas de terreno, que llevaban años trabajando y conociendo. Era 1963, el año de la creación de la "Carretera del Vino y la Cereza", de Gorizia a San Floriano. En esta franja de tierra que es COLLIO, formada por colinas soleadas y suaves pendientes, cuyo clima está mitigado por la brisa del mar Adriático, nuestra familia siguió trabajando con tesón y sacrificio. Con el paso de los años, se creó el Consorcio del Collio (1964), se amplió la "Ruta del Vino" a toda la zona de laderas y hemos aumentado la superficie de la finca, plantando nuevos viñedos en los característicos suelos de margas y areniscas estratificadas, conocidos localmente como "ponca". Desde hace treinta años, el faro de la finca es Ivan Muzic, hijo de Luigi y Jolanda. Animado por una gran pasión por la Naturaleza y su tierra, es un "espíritu libre" nacido para estar en medio de sus viñedos, en cualquier estación, en cualquier clima. A su lado están su esposa Orieta y sus dos hijos, Elija y Fabijan, que desde hace años trabajan con pasión y seriedad junto a su padre tanto en las hileras como en la bodega. La empresa no ha dejado de crecer y ha alcanzado las veintiuna hectáreas de viñedo (diecinueve inscritas en la zona DOC COLLIO, más otras dos hectáreas en la cercana zona DOC FRIULI ISONZO). Recientemente, de hecho, se han adquirido nuevos terrenos y un edificio histórico, presentes en los anales de la zona por haber pertenecido a la familia De Randich, vinculada desde hace siglos a la producción vitivinícola de San Floriano del Collio. Tres son los grandes motores que mueven nuestra empresa: el crecimiento, la tradición y el respeto por el medio ambiente, ¡donde el primero no puede separarse de los otros! El punto central de nuestra producción son las vides autóctonas, y cuando plantamos nuevas vides lo hacemos exclusivamente a partir de esas mismas plantas que cultivamos desde hace años, sin insertar clones externos. Esta elección nos ha llevado a tener cepas que llevan casi un siglo creciendo en nuestras tierras, incluida nuestra Malvasía, toda una institución en la zona, ya que las plantas son las mismas desde hace más de 80 años. La alquimia que ha unido ahora los suelos y las vides es inestimable, y esto hace que nuestros vinos sean, si cabe, ¡aún más típicos y extraordinarios! El sentido de la medida, que procede de las enseñanzas de nuestros antepasados, es fundamental para ello y puede resumirse en esta máxima: "hacer sólo lo necesario, sólo cuando y donde sea necesario".