Masseria Li Veli

Masseria Li Veli se estableció como bodega a principios del siglo XX, sobre las ruinas de un edificio bajomedieval del que hoy sólo quedan algunos vestigios, incorporados a la estructura actual. Estamos a las puertas de Cellino San Marco, a medio camino entre Brindisi y Lecce, una zona con una larga y fascinante historia que comenzó hace al menos dos mil quinientos años. Los mesapios eran una antigua población itálica que tomó su nombre de "Messapia", nombre dado por los historiadores griegos a esta "tierra entre dos mares", el Jónico y el Adriático, que comprende las provincias meridionales de Apulia: Lecce, Brindisi y parte de Tarento. Los primeros testimonios de la civilización mesapia se remontan al siglo VIII a.C.. Después del 272 a.C., pasaron a formar parte del territorio de Roma, aunque conservaron algunas de sus características propias. Hoy en día quedan varios vestigios de aquella antigua civilización, como restos de murallas, lápidas, tumbas, terracota y objetos de oro y plata. En 1999, la familia Falvo, con más de 40 años de experiencia en el sector vitivinícola, compró y refundó la Masseria Li Veli con el deseo de dar vida a un proyecto de gran calidad en Apulia, una región de antigua tradición vitivinícola. La masseria se alza sobre un antiquísimo emplazamiento mesápico que domina la fértil y soleada llanura del Salento. Su antiguo propietario, el marqués Antonio de Viti de Marco (1858-1943), economista de Lecce de renombre internacional, profesor universitario y diputado del Reino de Italia, convirtió Li Veli en una bodega que se tomó como modelo en todo el sur de Italia. Hoy en día, la finca, impecablemente restaurada, consta de 33.000 metros cuadrados de superficie, de los cuales 3.750 metros cuadrados comprenden oficinas, zona de recepción, salas de vinificación, crianza y almacenamiento.