Marchesi di Montalto

Marchesi di Montalto se fundó en 1996 con la determinación de dar continuidad a los valores, tradiciones y técnicas vitivinícolas de la centenaria empresa familiar y a su filosofía de "la vid" como raíz de la vida. En la actualidad, la explotación ocupa una superficie de 180 hectáreas, 98 de las cuales están plantadas con vides. Los viñedos, plantados con las variedades nobles Pinot Noir, Riesling Renano, Pinot Grigio... y con cepas autóctonas Croatina, Riesling Italico, Moscato..., están situados en los mejores cru de los municipios de Pietra De Giorgi, Cigognola, Broni y Montalto Pavese.

Es en este último municipio, notoriamente reconocido por su gran vocación vitícola y, en particular, por el Pinot Noir y el Riesling Renano, donde tiene su sede la bodega Marchesi di Montalto, que desde hace varios años ha decidido dedicarse incondicionalmente a la vinificación de estas dos cepas específicas.

Puede definirse con razón como una bodega "bi-varietal", que vinifica únicamente los mejores crus de Pinot Noir y Riesling, embotella y comercializa una gama variada (unas 80000 botellas al año) y se mantiene así fiel al lema: "Sólo Pinot Noir y Riesling del Rin sin límites". Desde los años sesenta, el abuelo del actual propietario ha ido renovando los antiguos edificios con el fin de convertirlos en bodegas para vinificar las uvas producidas. El proceso radical de cambio, sin embargo, no se produjo hasta la década de 1990, con la llegada a la empresa de un descendiente del abuelo Tersilio, el Dr. Gabriele Marchesi, que inició así un proceso de reestructuración de todo el complejo empresarial, empezando por los viñedos, donde se privilegia el cultivo de las dos variedades de uva que mejor se adaptan al terreno: Pinot Noir y Riesling del Rin.

La antigua bodega ha sido completamente renovada, y las barricas de roble están flanqueadas por modernas salas de prensado, fermentación y almacenamiento del vino, con pequeños depósitos de acero inoxidable termocondicionados. El imponente depósito subterráneo del siglo XIX, utilizado entonces para recoger el agua de lluvia, se ha transformado en una bodega única, ideal para la re-fermentación y maduración de los prestigiosos vinos espumosos Metodo Classico. En resumen, toda la estructura ha sido concebida principalmente para la elaboración de las dos variedades de uva mencionadas, con el fin de valorizarlas en los diferentes tipos de vinos producidos, que deben representar, en efecto, un estrecho vínculo con la tradición y el territorio, pero en una búsqueda constante de innovación donde puedan expresar su máximo potencial cualitativo.