La finca fue creada para producir vinos emocionantes y únicos; vinos que encanten y cuenten su propia historia particular. Mi objetivo era, y sigue siendo, producir vinos con carácter. El Pinot Noir Donà Noir fue el primer vino logrado que reflejaba las características del suelo y del microclima especial y mi estilo. Le siguieron dos más, el Donà Rouge y el Donà Blanc. Sólo tras unos cuatro años de crianza alcanzan su plena madurez. Ahora la gama se ha enriquecido con cuatro vinos blancos frescos y elegantes, embotellados en pureza -Pinot Bianco, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Gewürztraminer- y un elegante Lagrein. En total se producen entre 35.000 y 40.000 botellas al año, que reflejan la pasión y el trabajo realizado a mano y con respeto por la naturaleza en los viñedos y la bodega. Todo el proceso de viticultura y vinificación se basa en mi idea de cómo crear vinos excelentes. Esto me convierte en un inconformista. Pero también un hombre que ama los vinos que produce y a quien le gustaría llevarlos allí donde las personas sensibles aprecian estos néctares de excelencia.
Información sobre Hartmann Donà