Pocas veces un acto administrativo adquiere tanto valor y relevancia en las costumbres y comportamientos sociales como la decisión en aquel lejano 1908 de constituir una Cantina Sociale Cooperativa. Un acto que marcó un momento importante en la viticultura de nuestra región. De hecho, era la tercera vez en Italia que se dotaba a una comunidad de un instrumento en el campo de la viticultura que en aquel momento estaba a la vanguardia. La decisión de unir sus esfuerzos para crear una Cooperativa ha garantizado su larga existencia; capaz de sobrevivir a las grandes guerras mundiales, a los periodos de regresión y a las grandes dificultades que se han sucedido en este siglo, y de estar siempre presente en los momentos en que importantes decisiones han cambiado la faz de nuestra viticultura.
Un bagaje hecho de pequeñas acciones cotidianas, de pasión por la propia tierra, de conocimiento y respeto del propio territorio y de las propias tradiciones. Allí donde han faltado "las grandes luces del candelero comercial" nunca ha faltado atención en la producción de nuestro vino, la experiencia transmitida y las nuevas técnicas han caminado juntas para dar equilibrio, nunca demasiado ancladas en el pasado, nunca influenciadas por las tendencias del momento. Así hemos llegado, más de cien años después, a seguir representando una importante realidad con nuestras 15 hectáreas de viñedo y cerca de 40 socios.
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