Todo el mundo la asocia con desiertos y glaciares, dinosaurios y vistas impresionantes, pero Patagonia Argentina es también la región donde se produce el vino más austral del mundo. Ya tras el fin del imperio inca se produjeron las primeras exportaciones de vid a Argentina, pero fue a finales del siglo XIX, con la gran migración europea -sobre todo italiana-, cuando empezaron a surgir las primeras verdaderas casas vinícolas. Existen varias regiones vinícolas en el país, y la Patagonia es sin duda la más interesante. La altitud de unos 400 metros, el terreno rocoso y la presencia de los ríos Neuquén y Limay -nacidos de los glaciares de los Andes- han favorecido el cultivo de numerosos viñedos. Las laderas de los Andes también dan lugar a "La Zonda", el viento cálido que airea y calienta ligeramente los cultivos de la Patagonia. El sur de Argentina está azotado por vientos muy fuertes, tiene una amplitud térmica muy marcada, un suelo drenante, y por estas razones los viñedos de la Patagonia producen pequeñas bayas con una alta concentración de azúcares, ácidos y taninos. El calor seco del día y el frío de la noche garantizan una cosecha sana con un sabor complejo y refinado. Toda esta concatenación de elementos ha hecho que la Patagonia pueda producir uvas con un carácter muy europeo -especialmente nuestras calidades de montaña- y siendo una región con muy baja densidad de población es también una de las que tiene los viñedos más sanos. Las mejores variedades que ofrece son Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec, Pinot Noir entre los vinos tintos y entre los vinos blancos el Sémillon, Sauvignon Blanc, Chardonnay, Riesling y Río Negro Torrontés.