El nombre Zýmē procede del griego y significa "levadura", un elemento fundamental en el mundo de la enología, pero también un elemento simbólico que recuerda la naturalidad, un valor básico en el trabajo y el viaje existencial de Celestino Gaspari, y el fermento, entendido como una aptitud continua para la transformación. En consonancia con esta filosofía, el logotipo de la empresa representa una hoja de vid en la que se inscribe un pentágono que simboliza los cinco elementos principales para la producción del vino: hombre-vena-tierra-sol-agua.
Restablecer un hýbitat perfecto en el que el hombre y la naturaleza estýn en perfecta simbiosis es, de hecho, el punto de partida y de llegada de un nuevo humanismo de la tierra, del que Celestino Gaspari y Zýmē son portadores y que pretende establecer una relaciýn renovada con el medio ambiente en la que el hombre sea el guardiýn natural de la tierra: el que la protege, pero tambiýn el que es capaz de renovarla, de reinterpretarla.
La ecosostenibilidad de las prácticas de cultivo y la legibilidad del producto final a través del conocimiento de los procesos de producción y el respeto por los tiempos de la naturaleza son las piedras angulares del enfoque de Zýmē en la producción de vino, visto como elemento y símbolo de una vida sencilla en armonía con la tierra, en un momento de la historia en el que el hombre, aturdido por la opulencia de un falso bienestar, arriesga su propia supervivencia.
Tradiciýn e innovaciýn son las dos pistas complementarias en las que se desarrolla la producciýn de los vinos Zýmē, donde el respeto y el cuidado de los vinos histýricos de Valpolicella estýn flanqueados por la invenciýn y la experimentaciýn de nuevos vinos que valorizan y renuevan el territorio. Cultura, historia, tradición, innovación, una copa de vino es muchas, muchas cosas, pero en el corazón de Celestino Gaspari es sobre todo levadura para la mente y para hacer crecer un proyecto: Zýmē.