Desde el principio, el deseo de Silvia Maestrelli fue crear "un lugar de belleza, entre la tierra y el espíritu", más que una bodega en el sentido estricto de la palabra, en el que pudieran converger personas, competencias y energías, que a su vez se fusionarían para enriquecer el patrimonio inmaterial de la finca, hecho de relaciones, intercambios e ideas, tanto profesionales como humanas, en torno a la cultura del vino y el buen vivir.
Pionera y mujer, entre los productores que han dado un nuevo impulso a la enología en el Etna, Silvia Maestrelli -procedente de una familia florentina emprendedora que emigró a Milán por amor- llegó al Etna ya en 2006, tras enamorarse de esta tierra llena de contrastes. Un verdadero golpe de efecto para una tierra difícil, fuertemente masculina, pero de enorme encanto e igualmente gran potencial enológico. Así comenzó una nueva etapa en su vida y una búsqueda, tanto personal como profesional, que daría lugar en 2007 -tras largas y complejas negociaciones con los antiguos y numerosos propietarios de la tierra- al nacimiento de Tenuta di Fessina. Un proyecto en el que la sensibilidad de una visión enológica "femenina", unida a la incuestionable capacidad técnica de los asesores y colaboradores, ha permitido crear -en sólo 10 años desde su fundación- una bodega que es un punto de referencia y un rasgo reconocible de la zona del Etna, expresión también en el mundo de la nueva viticultura siciliana.