Fue en 1966 cuando Girolamo Dorigo adquirió los primeros viñedos en los Colli Orientali del Friuli, dándose cuenta del gran potencial de la tierra tanto para el cultivo tradicional como para la experimentación innovadora. Un conocimiento que se ha transmitido durante dos generaciones: hoy es su hijo Alessio quien dirige la empresa, reconocida más allá de las fronteras nacionales por su vocación en la defensa de las variedades autóctonas, por sus técnicas de plantación vanguardistas y por la excelente calidad de su producción.
Una gran pasión y una inteligente curiosidad que impulsa la investigación: estos son los valores fundamentales que distinguen a la marca Dorigo, capaz de combinar la tradición enológica -a Girolamo se debe la recuperación del prestigioso tinto autóctono Pignolo- con la innovación, gracias a la experimentación sistemática sobre la mejor combinación de suelo y tipo de vid. Dorigo es sinónimo de compromiso, dedicación y creatividad: todo para producir vinos de excelencia, partiendo del territorio friulano pero expresando su propia singularidad.