Emilia Romaña es una región rica y fértil y la cuarta productora de vino de Italia. Casi 60.000 hectáreas se dedican a la viticultura. Situada entre la Toscana, Lombardía y el Véneto, la región goza de unas condiciones climáticas óptimas para el cultivo del vino. La viticultura de la región es muy diversa y está muy influida por la historia del territorio y su geografía. La viticultura de los Colli Piacentini, región geográfica de colinas situada en la provincia de Piacenza, entre el valle del Po piacentino y la frontera ligur, tiene sus orígenes y tradiciones en el Piamonte y el Oltrepò Pavese. Esta viticultura se caracteriza por la Barbera y la Croatina, de las que se obtiene el vino tinto más representativo de la zona: Gutturnio DOC . Los vinos blancos incluyen el Ortrugo, elaborado a partir de la vid del mismo nombre, y vinos agradables, incluidos los espumosos, elaborados con malvasía. En los Colli di Parma se pueden encontrar estas mismas cepas, acompañadas de muchos internacionales, pero es sobre todo la fragante aromaticidad de la malvasía di Candia la que resulta muy agradable.
En los alrededores de Reggio Emilia y Módena, se encuentra el vino símbolo de la viticultura emiliana, el Lambrusco, con la fragante frescura de las distintas variedades, que en el Reggiano muestra colores más compactos y una estructura algo más definida.
En los Colli Bolognesi se ha cultivado una variedad de uva blanca histórica y con un considerable potencial de calidad, la Pignoletto, de la que se obtiene el DOCG Colli Bolognesi Pignoletto Classico, así como algunas uvas tintas internacionales que están dando excelentes resultados, sobre todo en algunas zonas especialmente adecuadas.
A diferencia de Emilia, donde se prefieren los vinos vivos y espumosos, Romagna tiene un panorama vinícola caracterizado por vinos tranquilos y más estructurados. La variedad de uva tinta más cultivada es la Sangiovese, que especialmente en algunas Reservas está dando grandes satisfacciones. Entre las uvas blancas, destacan el Trebbiano Romagnolo y la Albana, una cepa autóctona apreciada desde hace siglos, de la que se obtiene el excelente Passito, que forma parte de la DOCG Albana di Romagna