Apulia ha recibido influencias tanto de la cultura griega como de la romana. Denominada en su día la bodega de Italia, por su elevada producción de vinos de mezcla y ordinarios, esta región se esfuerza por mejorar el nivel de calidad de sus vinos, que en algunos casos alcanzan excelentes calificaciones. La producción es de las más elevadas del país, con 5.920.000 hl de vino en 2009, lo que la sitúa en el tercer puesto de Italia, después del Véneto y Emilia Romaña. Las cepas más cultivadas son sobre todo las negras, que cubren cerca de 2/3 del viñedo apulense, en particular el negro amaro, el primitivo (quizá emparentado con el zindandel californiano) y el malvasie nere en las provincias de Lecce y Taranto, mientras que el sangiovese está muy extendido en la zona de Foggia.
Entre las variedades de uva blanca, la verdeca y el bianco d'Alessano son las más importantes en el valle de Itria, mientras que la zona de San Severo es la cuna del bombino bianco. Las variedades de uva cultivadas en las distintas zonas de Apulia son muy numerosas, distribuidas en función de las características del suelo y el clima, con los mejores resultados en las zonas de colinas, que no son muy extensas en esta región.
Aquí tampoco faltan variedades de uva importadas, sobre todo en la provincia de Bari, con viñedos cultivados con chardonnay, sauvignon, pinot bianco y pinot nero. Son muy conocidos y apreciados los vinos rosados de Salento, obtenidos principalmente a partir de negro amaro y malvasie nere de Lecce y Brindisi, que aportan una delicada aromaticidad. Igualmente famoso es el Castel del Monte, especialmente el Rosso Riserva, elaborado a partir de una mezcla de cepas locales. El vino blanco producido y conocido fuera de la región es el Locorotondo, mientras que entre los vinos de postre, el Moscato di Trani, elaborado a partir de moscatel blanco, expresa bien las cualidades aromáticas de esta vid.