Inicialmente eran tres hectáreas y 12 mil botellas, que más tarde se convirtieron en cinco hectáreas y 25 mil botellas, de Chardonnay cincelado, puro y auténtico. Fue en 1976 cuando, abandonando Flandes, Madame Maine y Monsieur Jean Marie decidieron instalarse en el Mâconnais para producir vino blanco: así nació el Domaine Guffens-Heynen.
Sin embargo, en un momento en el que eran unánimemente reconocidos como unos de los más grandes intérpretes del Chardonnay, nació un nuevo proyecto, el de la Maison Verget.
Fue en 1990, cuando los propios Maine y Jean Marie, siguiendo la filosofía de que "el mejor vino se hace con las mejores uvas", no sólo elaboraron vino de sus propios viñedos, sino que se convirtieron en negociant vinificateur eleveur. Eligiendo los mejores racimos de chardonnay cultivados entre el Mâconnais, Chablis y la Côte d'Or, nacieron las etiquetas Verget, con el objetivo de revelar, exaltar y enriquecer cada matiz de cada terruño. Y el objetivo, añada tras añada, siempre se consigue puntualmente, con vinos únicos, profundos y de calidad.