Para escribir una buena historia se necesita un escenario digno y personajes interesantes. Nuestra historia, la historia de una familia que se ha dedicado por entero a la vid y al vino, se sitúa en una pequeña aldea enclavada, como una piedra preciosa, entre las colinas de Soave Classico, altas y verdes, todas cubiertas de vides y olivos. Fittà, el pueblo, con sus antiguas casas de basalto, sus fuentes, su pequeña iglesia y sus puestas de sol, es el mejor escenario que se puede esperar. Aquí nuestra familia, la familia Tessari, ha vivido y cultivado la tierra desde 1800. La historia de Suavia, sin embargo, comenzó más tarde, en 1982, cuando el padre Giovanni y la madre Rosetta, conscientes del gran potencial de su tierra, decidieron establecerse por su cuenta y dar su opinión, prensar sus propias uvas, elaborar su propio vino. La historia de Suavia es la de un castillo, sin ranas, con pocos príncipes y muchas princesas. El castillo es el de Soave: una herencia de la Edad Media, cuando el pueblo aún se llamaba por su antiguo nombre de Suavia; las cuatro hijas de Giovanni y Rosetta, en cambio, son las principales protagonistas femeninas de esta historia desde principios de siglo. Hoy, Meri, Valentina y yo, Alessandra, seguimos al frente de la empresa trabajando aquí, en Fittà, donde empezó todo. "Para escribir una buena historia se necesita un escenario digno y personajes interesantes" En nuestra historia los elementos están todos ahí, lo que hacemos cada día es trabajar lo mejor que podemos, con sensibilidad y honestidad para que esta historia sea realmente buena, para contarla e imitarla.