La explotación se remonta a la época de mis abuelos, cuando, además de vino y hortalizas, criaban vacas y otros animales. Desde 1987, hemos decidido dedicarnos por entero a la viticultura. La explotación de Skerk está situada en la meseta de Karst, a medio camino entre Trieste y Monfalcone, a unos 3 km del mar. Se trata de una zona de colinas, en algunos aspectos árida y difícil, donde cada cepa cultivada ha sido tomada del regazo de una naturaleza fuerte, pero al mismo tiempo acogedora y generosa, con un clima suave y templado. En esta realidad se desarrolla la empresa, que con duro trabajo y muchos sacrificios se dedica al cultivo de vides de alta densidad, centrándose en la calidad de las uvas y cuidando la crianza del vino, en las mejores añadas, en barricas de roble.