La filosofía de nuestra empresa siempre ha sido vinificar única y exclusivamente las uvas procedentes de nuestro viñedo, "un solo cru". Esto se debe a que creemos que las características y cualidades transmitidas por el terreno, entendidas como suelo, subsuelo, exposición al sol, zona geográfica, clima y microclima, son únicas y no pueden ser reproducidas por otros suelos, aunque se encuentren a pocos kilómetros de distancia. Vinificando uvas de diferentes suelos se pierden esas características ligadas a un territorio preciso que debe tener un vino DOCG.
El terroir y el entorno en el que se cultivan las uvas es un factor clave para determinar el carácter de un vino y en qué se diferenciará de otros vinos elaborados con las mismas variedades de uva pero cultivadas en condiciones y lugares diferentes.
La finca Rizzini, situada en el noreste de Franciacorta, a los pies de las colinas Monticelli Brusati, en un entorno natural alejado de fuentes de contaminación, cultiva sus propios viñedos desde 1985, en lugares donde la sabiduría y la habilidad campesinas siempre han practicado exclusivamente la viticultura, zonas conocidas por los amantes del vino por su alta calidad y su gran vocación vinícola. Todos los trabajos los realizamos directamente nosotros, con el asesoramiento de un agrónomo para los trabajos de campo y de un enólogo para los de bodega. Desde hace quince años nos adherimos a la normativa de la UE que sólo permite el uso de determinados productos y en cantidades limitadas por prevención fitosanitaria. También controlamos la hierba a lo largo de las hileras únicamente mediante laboreo mecánico del suelo sin uso de herbicidas.
Vinificamos y embotellamos exclusivamente añada por añada sin mezclar vinos de diferentes años (cuvèe), permitiendo que cada añada exprese al máximo su potencial, sin perseguir la continuidad estilística de un producto "siempre igual", sino considerando un mérito la variabilidad natural del vino, sin duda más auténtica que la Franciacorta estandarizada.
Nuestro pequeño tamaño nos permite no ser esclavos de las leyes del mercado, las tendencias o las modas; somos probablemente la única bodega de Franciacorta, o en todo caso entre las poquísimas, que puede permitirse el lujo de vinificar únicamente las añadas que se consideran buenas. Como confirmación de ello, no se elaboraron ni la extremadamente tórrida añada 2003 ni la más reciente 2007, que no fue especialmente brillante. El objetivo de nuestra empresa no es producir cada vez más botellas, sino buscar la excelencia en cada detalle y perfeccionar la calidad alcanzada. Para realzar aún más la especificidad de nuestra zona y, por tanto, de nuestros vinos de Franciacorta, intentamos producirlos interviniendo lo menos posible para obtener los vinos más expresivos y auténticos.
Información sobre Rizzini