Nuestra historia se remonta a principios del siglo XX, cuando nuestra familia comenzó a producir y vender su propio champán. Varias generaciones de viticultores continuaron este legado familiar, dando lugar a la creación de la marca Pertois-Lebrun en 1955, tras el matrimonio de Paul Pertois, viticultor de Cramant, con Françoise Lebrun, viticultora de Le Mesnil-sur-Oger.
Cuando se jubilaron hace veinte años, una de sus tres hijas, Odile, asumió la dirección de la bodega, continuando la labor de sus predecesores. 2007 marcó el inicio de otro capítulo de la historia, con la llegada de su nieto Clément. Clément, quinta generación de viticultores de la familia, feliz de permanecer cerca de la naturaleza trabajando la tierra y las viñas, obtuvo el BPREA (diploma francés de gestión agrícola) en Avize antes de incorporarse a la empresa a la edad de 28 años. Lleno de motivación y entusiasmo, empezó a mejorar el terruño y a modernizar la empresa, dando un nuevo impulso a la marca familiar. A principios de 2013, su hermano menor Antoine, tras licenciarse en Económicas, decidió abandonar su carrera de consultor en París y seguir el mismo camino que Clément. Atraído por el encanto de la herencia familiar y el desafío empresarial, se dedicó a dirigir el negocio junto con su tía, con el objetivo de revitalizar la actividad comercial. Es así, con una motivación y un compromiso constantemente renovados, como de generación en generación, nuestras tradiciones y conocimientos ancestrales se han transmitido hasta nuestros días para ofrecerle el fruto del trabajo de muchas vidas: Champagne Pertois-Lebrun.
Información sobre Pertois-Lebrun