El italiano Gaetano Morella y la australiana Lisa Gilbee, una pareja unida y siempre sonriente. El agricultor y la viticultora han conseguido recuperar los viejos arbolitos, limpiar la tierra y dejarla en mejores condiciones que cuando la heredaron. Con valentía y determinación, Lisa puso en marcha sus intenciones, compró 16 hectáreas de viñedo en Manduria y comenzó su paciente labor de recuperación de los plantones de Primitivo, la mayoría de los cuales habían sido plantados hacía unos 80 años.
Los métodos adoptados en el viñedo son lo más naturales posible, como el pasto con siega, la biodinámica y los preparados a base de hierbas para evitar los productos químicos; en la bodega se intenta recuperar una tradición vitivinícola muy antigua, como la vinificación en cuba abierta, el batán manual y la prensa vertical, todo ello para aprovechar al máximo una vid autóctona de gran valor. La Primitivo es la cepa maestra y símbolo de esta bodega. Toda la línea de productos se distingue por su frescura, limpieza y extrema elegancia.
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