El nacimiento de la empresa está estrechamente ligado a la voluntad, el coraje y el apego a su tierra de Nenneddu y Luisa, que desde jóvenes han puesto todas sus fuerzas en crear productos cuyos sabores reflejen la rara belleza del territorio de Oliena. La explotación abarca 50 hectáreas, 30 de las cuales están plantadas de vid. Aquí es el Cannonau tinto, el "rey de Cerdeña", que es muy probablemente una vid autóctona, ya presente en la isla hace más de 3000 años y por ello considerada la más antigua del Mediterráneo. Extendida por toda la región, ha encontrado su hábitat natural en la zona de Oliena, donde ya en 1500 d.C. se tiene constancia de una importante actividad vitivinícola por parte de monjes franciscanos que, tras fundar una iglesia y un convento, habían plantado un viñedo de más de 10000 cepas con un establecimiento vinícola anexo, del que quedan impresionantes ruinas. Sin embargo, la viticultura ya estaba presente. De hecho, en una carta en la que el prior de Oliena solicita al jefe de la orden de los Frailes Menores de Cerdeña en Cagliari autorización y financiación para "plantar un gran viñedo con establecimiento vinícola anexo", se dice que "en Oliena hay varias familias, que en sus casas poseen hasta diez giorre, llenos de buen vino tinto" (los giorre eran recipientes de terracota de unos 200 litros).
Más tarde, los padres jesuitas dieron un impulso considerable a la viticultura, que se ha conservado y desarrollado hasta nuestros días, hasta el punto de que funcionarios, poetas y escritores han hablado del vino de Oliena en diversas ocasiones y circunstancias, como "un vino que debe contarse entre los vinos de lujo, que se bebe a pequeños sorbos para que se haga la boca agua, y cada sorbo arregla todos los asuntos del cuerpo y del alma". Sobre todo Gabriele D'Annunzio, que reservó a este vino el nombre que los antiguos griegos daban a una hierba parecida al opio y con efectos alucinógenos: NEPENTE. Dentro de esta maravillosa realidad, encaramada a los pies del macizo de Corrasi, se encuentran también 15 hectáreas de olivares de las variedades Nera di Oliena y Bosana, de los que la empresa obtiene aceites de oliva virgen extra de la máxima calidad. El aceite Nera di Oliena (Ulianesa) tiene un frutado medio. La característica de calidad del aceite obtenido de este cultivar es el regusto amargo y picante debido al alto contenido en oleuropeína, el principal polifenol de la aceituna. La Bosana, por su parte, produce un aceite que se caracteriza por notas de cardo y alcachofa
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