En el siglo VII, los viticultores del pueblo de Merfy se inspiraron en la herencia de los monjes benedictinos de la abadía de Saint Thierry. Generación tras generación, los viticultores de Merfy, junto con la abadía, dieron forma a los paisajes vitícolas de nuestras colinas, separando meticulosamente cada parcela en función de sus orígenes geológicos, suelos, subsuelos, etc. Los nombres se inscribieron más tarde en los mapas de los pueblos y se convirtieron en los "lieu-dits", que hoy cultivan las vides que allí crecen. Las huellas de los viticultores de nuestra familia se remontan a 1490, con Nicolas Taillet, y a Fiacre Taillet en 1540. En 1700, un segundo Fiacre Taillet, viticultor erudito, escribió sus memorias relatando su vida y todos los acontecimientos importantes del pueblo, de su familia y de su profesión. La familia Chartogne-Taillet continúa esta tradición y este saber hacer heredados de este patrimonio vitícola.
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