Bruichladdich

Situada en la costa occidental de la isla de Islay, en la bahía de Loch Indaal, a poca distancia de la ciudad de Port Charlotte y de la destilería de Bowmore, Bruichladdich es sin duda la destilería más singular en comparación con sus hermanas de Islay. John, Robert y William Harvey fundaron la destilería en 1881 aprovechando el legado dejado por su padre, uno de los mayores destiladores de Glasgow, para construir la destilería más moderna de la época. La empresa reveló su carácter especialmente pionero y moderno empezando por los materiales utilizados para la construcción, de hecho se utilizó un hormigón experimental creado a partir de guijarros de playa y paredes huecas. La familia Harvey siguió destilando whisky en Bruichladdich hasta 1929, año en que la destilería cerró por primera vez. En 1938 la destilería fue vendida a Hatim Attari, Joseph W. Hobbs y Alexander W. Tolmie, que la dirigieron hasta 1952, cuando Ross & Coulter ltd se hizo cargo de ella. AB Grant, por su parte, se hizo cargo de la destilería en 1960, duplicando la producción y llevando a Bruichladdich a producir alrededor de un millón de litros al año. En 1968 fue Invergordon Distillers quien se hizo cargo de la destilería, aumentando la producción en 1975: los alambiques pasaron de 2 a 4 y llevaron la destilería a producir 1,5 millones de litros al año. En 1993 Invergordon Distillers fue absorbida por White & Mackay y Bruichladdich cerró dos años más tarde. En 2000 un grupo de inversores privados, liderados por Murray McDavid (embotellador independiente), gastó casi 8 millones de euros para comprar la destilería y un stock de 7000 barricas. En su lugar se invierte en Jim McEwan (antiguo Bowmore) como maestro destilador y director de producción. En 2001, tras una impresionante renovación (se restaura la mayor parte del equipo original de la época victoriana), la destilería reanuda la producción y en 2003 se construye su propia línea de embotellado. Finalmente, en 2012, la destilería pasa a manos de la empresa francesa Rémi Cointreau. En la actualidad, toda la producción de Bruichladdich se dedica a la creación de single malts no filtrados en frío y sin adición de colorantes, y toda la cebada utilizada es exclusivamente escocesa y ecológica.