Desde el siglo XIV, nuestro nombre es sinónimo de tradición en viticultura y vinificación. En nuestra bodega, sólo las mejores uvas de nuestras propias fincas y de viticultores seleccionados se transforman en nobles néctares. La filosofía de la casa Brigl siempre ha sido la máxima calidad. Las uvas, estrictamente controladas, se procesan y vinifican con gran cuidado y atención, según los antiguos métodos de viticultura que, sin embargo, hacen uso de la tecnología más moderna combinada con la gran experiencia de nuestro enólogo. Dependiendo del tipo de vino, el acero y la madera vieja y joven se utilizan hábilmente para lograr el mejor resultado posible.