Intente pensar en una producción muy pequeña: y ahora piense en la mitad. Es la producción de champán de Benoit Munier vigneron de Cuis, un pueblo Grand Cru en el corazón de la Côte des Blancs. El suyo es un espléndido proyecto de viticultura sostenible hijo de una forma empática de sentir el viñedo que parece casi intimista frente al concepto más amplio y clásico de tradición. La historia más típicamente champenoise se respeta plenamente en la historia de su familia, que tuvo su primer viñedo muy lejos de donde Benoit Munier cultiva hoy sus uvas. El bisabuelo materno de Benoit, Constant Gendron, había comprado en 1930 un viñedo de algo más de una hectárea en el territorio de Bouzy, al sur de la Montaña de Reims. Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial, su abuelo materno André Gendron se vio obligado a abandonar Bouzy, un pueblo demasiado cercano a la frontera de la región, situado exactamente en el canal creado por los alemanes para llegar a Reims. Preocupado por el destino de su familia, se trasladó a Cramant, en la Côte des Blancs, vendiendo la propiedad de Bouzy. A lo largo de las décadas, gracias a los ahorros de toda una vida, la familia Munier ha llegado a poseer 30 parcelas de microviñedos que suman 1,60 hectáreas. Sólo Grand Cru chardonnay en pueblos de la Côte des Blancs, concretamente Avize, Cramant, Chouilly, Oger. En la actualidad, Benoit Munier es Cooperateur Manipulant, ya que al tener una producción tan pequeña confía en la pequeña asociación cooperativa familiar de "Viticulteurs d'Avize" para la vinificación en acero inoxidable a temperatura controlada. Sin embargo, la identidad de sus uvas está salvaguardada por la producción global de sus viñedos, ya que puede prensar un "marc de champagne" entero de 4000Kg a la vez con uvas enteramente suyas. De este modo, Benoit puede supervisar directamente la elaboración de todos sus champanes. Las botellas en proceso de re-fermentación, por su parte, maduran en la bodega de Cuis, donde Benoit completa manualmente el habbillage, eligiendo el momento que considera más apropiado para el dégorgement. Un champagne, el de Benoit Munier, que probablemente no pasará a los mitos de los champagnes más blasonados, pero que tiene una bella historia que contar, hecha de valores y tradiciones, pero sobre todo de mucha fuerza de voluntad, con la idea de hacer crecer el legado de sus antepasados, apuntando a una búsqueda constante de la calidad en cada pequeño gesto, y salvaguardando el viñedo para el futuro de sus propios hijos.
Información sobre Benoit Munier