Una finca que se ha convertido en símbolo del Brunello, puede considerarse una de las más antiguas del territorio Ilcinese, con sus viñedos alrededor de una villa renacentista habitada por papas y familias nobles con una vocación vinícola que comenzó en el siglo XVI en la misma bodega, aún hoy en boga. El Brunello tradicional está flanqueado por el Solengo, obra maestra de Giacomo Tachis y, en 2020, la perla de la finca, el Brunello di Montalcino Vigna del Suolo, procedente de uvas del viñedo más antiguo de Sangiovese, plantado en 1965. Adquirida en los años 90 por Noemi Marone Cinzano, en febrero de 2013 la bodega pasó a manos del multimillonario André Santos Esteves, un empresario brasileño. A partir de 2019 se convertirá en la primera empresa de Montalcino sin plásticos, y actualmente está en marcha el proyecto de sostenibilidad medioambiental Argiano Carbon Neutral, cuyo objetivo es capturar todas las emisiones del proceso de producción.
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