La empresa se fundó en 2015 en Conegliano, histórica ciudad vinícola que se ha convertido en los últimos años, junto con Valdobbiadene, en polo del vino espumoso y símbolo del Prosecco. De hecho, es aquí donde nació este vino que hoy se ha convertido en el más vendido del mundo. Por ello, está situada a medio camino entre los Dolomitas y Venecia, disfrutando así de un clima ventoso que favorece el cultivo de la vid. La idea de la empresa nace del deseo de hacer una agricultura sostenible, respetuosa con el medio ambiente, utilizando el sistema de producción integrada, desherbando mecánicamente y no con productos químicos, y reduciendo al máximo el consumo de agua gracias a equipos de precisión.
Los suelos que componen la superficie de la explotación, todos ellos adyacentes a ríos, tienen características francas, lo que confiere a la tierra una textura rica que aporta importantes nutrientes a las vides. Están divididos en tres bloques diferentes: el primer bloque, plantado en 2016, es adyacente al río Monticano, en el municipio de Conegliano. Es un suelo limoso, libre de piedras y rico en nutrientes. Aquí hay 5 hectáreas de Chardonnay y 2 hectáreas de Pinot Grigio. La segunda parcela también está en el municipio de Conegliano, y es un parque histórico llamado "Roggia dei Molini". Se trata de una zona histórica, donde a principios del siglo XX había una hilandería para la producción de seda. Hoy se ha convertido en un hábitat natural para diversos animales, que conviven con el viñedo. Aquí hay 6 hectáreas de Prosecco y 2,5 hectáreas de Pinot Grigio La tercera parcela, en cambio, se encuentra en Concordia Sagittaria, en una zona donde la naturaleza es virgen. Aquí el suelo tiene una textura completamente diferente a la de Conegliano, ya que es más arcilloso. La característica principal aquí es el viento, gracias a la ausencia total de barreras naturales y a la proximidad del mar. Aquí hay 16 hectáreas de Pinot Grigio y 1 de Pinot Noir.
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