La bodega Balan fue fundada en 1962 por un jovencísimo Sergio Balan, que puso así en valor los conocimientos adquiridos trabajando con su padre Giuseppe y su abuelo Geremia: ambos tenían diversas actividades agrícolas, pero eran conocidos sobre todo como, se diría hoy, cortesanos especializados en vino. Durante la Primera Guerra Mundial, Giuseppe se marchó al frente y no pudo hacerse cargo del negocio familiar. Durante ese tiempo, su esposa Rosa Stella desempeñó un papel decisivo en la estabilidad de la obra y en el mantenimiento de las relaciones construidas por su marido. Sergio comenzó su actividad en el garaje de la casa, que todavía se encuentra frente a la sede de la empresa en Sant'Ambrogio di Trebaseleghe, y la construcción se inició en 1966. Desde entonces, Sergio Balan ha ido ensamblando estructuras, hileras de viñas y viticultores hasta convertir la empresa en lo que es hoy, con dos centros de producción, un total de setenta hectáreas controladas directamente y seis mil metros cuadrados de instalaciones de vinificación, crianza, embotellado y comercialización. También aquí fue fundamental el papel de una mujer, Attilia, la esposa de Sergio, que fue el único hombro con el que pudo contar en los inicios de su empresa. Desde finales de los años ochenta, el grupo Balan se lanzó al negocio de la distribución de grandes vinos italianos y extranjeros. Esta nueva actividad fue de la mano de la producción, que nunca ha dejado de dar excelentes resultados tanto en número como en calidad. Hoy en día, la cartera de Balan puede contar con unos 2000 productos, con algunos de los vinos más importantes y conocidos del mundo. El trabajo de cuatro generaciones, el continuo esfuerzo por la innovación, la sinergia entre producción y marketing, los acuerdos con socios de prestigio y, sobre todo, una inagotable pasión por el vino, han convertido a Balan en uno de los principales actores de este mundo en Italia.